Escribe: Hector Cavagliato
golfuniversal@arnetbiz.com.ar
Esta es una historia que se remonta a más de 50 años cuando existía el “Fraile Muerto Country Club.” Hoy se presenta una situación impensada que, a la luz de los antecedentes a nuestro alcance, parece - cuanto menos - como inexplicable, caprichosa y antojadiza.
Fue el 30 de agosto de 1957, hace exactamente 54 años, cuando la citada institución cedió a la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos “20 de Setiembre” de la ciudad de Bell Ville los terrenos que ya eran la cancha de golf. Se hizo con un criterio de integración, pensando que “juntos eran más”, traducido en absorción por parte de la entidad, pero con una cláusula que, taxativamente, exime de todo tipo de objeciones: era con cargo para que el único destino que se podrá proporcionar al mismo es la práctica del golf.”
Esa condición del “cargo” se cumplió eficientemente en la figura del Bell Ville Golf Club.
En una palabra, fue la continuidad de la actividad que hoy se prolonga con reconocimiento en la sociedad bellvillense, a nivel provincial y nacional por parte de la Federación cordobesa y la Asociación Argentina que rigen esta disciplina. Además, forma parte de los centenares de canchas de golf que hoy están diseminadas en todo el país.
golfuniversal@arnetbiz.com.ar
Esta es una historia que se remonta a más de 50 años cuando existía el “Fraile Muerto Country Club.” Hoy se presenta una situación impensada que, a la luz de los antecedentes a nuestro alcance, parece - cuanto menos - como inexplicable, caprichosa y antojadiza.
Fue el 30 de agosto de 1957, hace exactamente 54 años, cuando la citada institución cedió a la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos “20 de Setiembre” de la ciudad de Bell Ville los terrenos que ya eran la cancha de golf. Se hizo con un criterio de integración, pensando que “juntos eran más”, traducido en absorción por parte de la entidad, pero con una cláusula que, taxativamente, exime de todo tipo de objeciones: era con cargo para que el único destino que se podrá proporcionar al mismo es la práctica del golf.”
Esa condición del “cargo” se cumplió eficientemente en la figura del Bell Ville Golf Club.
En una palabra, fue la continuidad de la actividad que hoy se prolonga con reconocimiento en la sociedad bellvillense, a nivel provincial y nacional por parte de la Federación cordobesa y la Asociación Argentina que rigen esta disciplina. Además, forma parte de los centenares de canchas de golf que hoy están diseminadas en todo el país.
Patrimonio de la ciudad
Muchas canchas están distantes de la zona poblada. Algunas, a varios kilómetros. Otras forman parte de barrios privados. Por lo tanto, para Bell Ville es un enorme privilegio contar con un verdadero pulmón verde de varias hectáreas, un jardín esmeradamente cuidado y protegido por el Bell Ville Golf Club en pleno corazón de la ciudad y junto al cauce del Talamochita.
Siempre se autosustentó, tuvo y tiene vida propia, sin depender de ningún presupuesto estatal ni municipal ni provincial ni nacional.
Cuenta con gran cantidad de socios, familias enteras, una escuela de golf - como ya se propiciaba en 1957- una sobria y funcional sede social y está abierto a todas las inquietudes de desarrollo deportivo y social de la ciudad.
Legalidad y sentido
comUn
A mayor abundamiento “la gente del Club destaca la utilización controlada y organizada de niños y jóvenes de las instalaciones deportivas y sociales. Además es fuente de trabajo para numerosas personas”.
“Es una cuestión de legalidad y sentido común: por un lado no estarían respetando el cargo de la cesión, y por el otro lado, si se necesita una partida presupuestaria mensual para mantener el Coliseo en funcionamiento, esto nada tiene que ver con ceder nada a cambio, mucho menos semejante predio”, comentó el presidente del golf. El Bell Ville Golf Club está dispuesto a hacerse escuchar como ya lo respaldara una multitudinaria reunión de socios la semana pasada cuando ratificaron todo lo actuado por la comisión Directiva.
Según los dichos públicos del presidente de la citada Sociedad Italiana, señor Luis Giletta, “esas tierras deben ser cedidas por la Sociedad Italiana a la Municipalidad. El argumento de la cesión es que sólo la Municipalidad garantizaría la conservación del predio”. Este argumento resulta inaceptable, insuficiente y carente de buen criterio”, se dijo. También se dijo que “el que tiene problemas económicos es el Coliseo (igualmente en poder de la Sociedad Italiana), que fue declarado de interés municipal y nunca el Concejo Deliberante lo incluyó en el presupuesto. ¿Por qué no ceden el Coliseo a la Municipalidad? Acaso la Municipalidad puede conservar mejor el predio del golf, prolijamente cuidado y utilizado diariamente en lo específico?”
En la citada reunión ampliada de socios y directivos que preside José Luis Lambertini se escuchó decir: “Enfrente, no más, río por medio, está el Parque Tau bajo la órbita municipal. Que comparen el cuidado de uno y otro predio.”
El tufillo del tema desemboca en la pregunta que se hacen los socios: “Habrá algún tipo de intereses no confesados?”
Se cuestionaron los argumentos conocidos como que “no aparecen los dichos adjudicados al legislador provincial Domingo Carbonetti, ni lo expresado por el presidente de la Sociedad Italiana Luis Giletta en el programa televisivo Panorama de la ciudad, como que respondan a razonabilidad alguna, a un criterio de justicia, a la vez que se tergiversa una acreditada y prestigiosa realidad del golf bellvillense con fines carentes de toda procedencia”.
Reservas legales
Desde la institución nos informaron que “el movimiento de socios (trabajadores, empresarios, profesionales, docentes, jubilados, estudiantes, gente joven y madura) ha designado a un cuerpo de asesores para hacer reserva legal de todas y cada una de las contingencias derivadas de este impensado episodio y defender lo que se considera justo y fue logrado a lo largo de más de medio siglo.”
Muchas canchas están distantes de la zona poblada. Algunas, a varios kilómetros. Otras forman parte de barrios privados. Por lo tanto, para Bell Ville es un enorme privilegio contar con un verdadero pulmón verde de varias hectáreas, un jardín esmeradamente cuidado y protegido por el Bell Ville Golf Club en pleno corazón de la ciudad y junto al cauce del Talamochita.
Siempre se autosustentó, tuvo y tiene vida propia, sin depender de ningún presupuesto estatal ni municipal ni provincial ni nacional.
Cuenta con gran cantidad de socios, familias enteras, una escuela de golf - como ya se propiciaba en 1957- una sobria y funcional sede social y está abierto a todas las inquietudes de desarrollo deportivo y social de la ciudad.
Legalidad y sentido
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A mayor abundamiento “la gente del Club destaca la utilización controlada y organizada de niños y jóvenes de las instalaciones deportivas y sociales. Además es fuente de trabajo para numerosas personas”.
“Es una cuestión de legalidad y sentido común: por un lado no estarían respetando el cargo de la cesión, y por el otro lado, si se necesita una partida presupuestaria mensual para mantener el Coliseo en funcionamiento, esto nada tiene que ver con ceder nada a cambio, mucho menos semejante predio”, comentó el presidente del golf. El Bell Ville Golf Club está dispuesto a hacerse escuchar como ya lo respaldara una multitudinaria reunión de socios la semana pasada cuando ratificaron todo lo actuado por la comisión Directiva.
Según los dichos públicos del presidente de la citada Sociedad Italiana, señor Luis Giletta, “esas tierras deben ser cedidas por la Sociedad Italiana a la Municipalidad. El argumento de la cesión es que sólo la Municipalidad garantizaría la conservación del predio”. Este argumento resulta inaceptable, insuficiente y carente de buen criterio”, se dijo. También se dijo que “el que tiene problemas económicos es el Coliseo (igualmente en poder de la Sociedad Italiana), que fue declarado de interés municipal y nunca el Concejo Deliberante lo incluyó en el presupuesto. ¿Por qué no ceden el Coliseo a la Municipalidad? Acaso la Municipalidad puede conservar mejor el predio del golf, prolijamente cuidado y utilizado diariamente en lo específico?”
En la citada reunión ampliada de socios y directivos que preside José Luis Lambertini se escuchó decir: “Enfrente, no más, río por medio, está el Parque Tau bajo la órbita municipal. Que comparen el cuidado de uno y otro predio.”
El tufillo del tema desemboca en la pregunta que se hacen los socios: “Habrá algún tipo de intereses no confesados?”
Se cuestionaron los argumentos conocidos como que “no aparecen los dichos adjudicados al legislador provincial Domingo Carbonetti, ni lo expresado por el presidente de la Sociedad Italiana Luis Giletta en el programa televisivo Panorama de la ciudad, como que respondan a razonabilidad alguna, a un criterio de justicia, a la vez que se tergiversa una acreditada y prestigiosa realidad del golf bellvillense con fines carentes de toda procedencia”.
Reservas legales
Desde la institución nos informaron que “el movimiento de socios (trabajadores, empresarios, profesionales, docentes, jubilados, estudiantes, gente joven y madura) ha designado a un cuerpo de asesores para hacer reserva legal de todas y cada una de las contingencias derivadas de este impensado episodio y defender lo que se considera justo y fue logrado a lo largo de más de medio siglo.”
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