miércoles, 11 de febrero de 2015

VOLEY - LIGA FEMENINA 2015 Panorama de la Liga que se viene, la más federal


Española y Echagüe, dos de los presentes en esta edición
La Liga Argentina Femenina comenzó en los últimos meses del 2014, pero sale a relucir en todo su esplendor desde este fin de semana, con el primer weekend de la tercera fase. Un año más, la Liga Argentina Femenina se destaca por su característica federal que embellece la competencia en esta rama y, a su vez, la hace cada vez más popular.
Además, logra el récord de 16 equipos participando en esta etapa que comienza este viernes 13, lo cual sería el número de cuadros participantes más alto para la Liga, desde las competencias ACLAV hasta la actualidad, que está bajo el mando organizativo de la FeVA. El trabajo de ambas instituciones logró sacar adelante lo que por el 2011/2012 fue un torneo en donde solo lo jugaron cuatro equipos: Boca, San Martín de Formosa, Estudiantes de Paraná y la Selección Menor. La imagen no fue la mejor.
Hoy, de los 16 clubes, 11 son del interior y los otros cinco de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o Provincia. Boca Juniors, último campeón, estará presente al igual que Estudiantes y Villa Dora, semifinalistas de la edición pasada. Más Gimnasia La Plata, San Lorenzo, San Martín de Formosa, Club Rosario, Olimpo de Bahía Blanca, Sociedad Española de Jujuy, Echagüe y San José, de Entre Ríos, Biguá y Picún Leufú, de Neuquén, la Selección Menor, Argentino de San Carlos y Universidad de Jáchal, de San Juan. La ausencia de Vélez se hace notar, siendo este conjunto el subcampeón último y campeón en la Liga Femenina 2012.
Pese a esta ampliación al interior del vóley femenino, en las competencias ACLAV, solo dos equipos no oriundos de Buenos Aires pudieron jugar una final. Uno de ellos, Bell Ville, de Córdoba, que en la edición 2010/2011 cayó derrotado sin atenuantes en la serie decisiva ante el Xeneize. Sin embargo, ese equipo conducido por Enrique Méndez Paz había superado la etapa inicial invicto, por sobre el que en su momento era el defensor del título, Banco Nación, e incluso sobre el mismísimo Boca que después levantaría la copa. El otro finalista fue Estudiantes de Paraná, que disputó la final contra el elenco azul y oro en la ya mencionada liga de cuatro equipos, que careció de brillo, aunque no por eso se desmerece lo hecho por ninguno de aquellos que la jugaron.
En 2011 Bell tuvo su mejor liga de la historia
El recuerdo de Bell Vóley, uno de los finalistas históricos
Actualmente, ninguno de estos dos clubes juega la Liga Femenina 2015, pero recordar el paso de Bell Voley, con declaraciones de protagonistas que vivieron la etapa gloriosa del equipo cordobés desde adentro, sirve para valorar las labores de clubes que se vieron las caras frente a frente con los “grandes” de la Capital Federal,y también para destacar el movimiento masivo de público que los planteles de Bell generaban en la gente de la ciudad, como puntapié de un crecimiento sin techo para el voley femenino en materia de concurrencia a las tribunas.
La Liga Femenina 2010/2011 tuvo a Boca como vencedor, dirigido por Eduardo Allona y con las figuras de Ailín Pereyra y Sabrina Seguí, también rodeadas de jugadoras que hoy en día forman parte del plantel mayor de la Selección: Lucía Fresco, Emilce Sosa y Lucía Gaido. Pero aparte de eso, se recuerda el logro máximo que alcanzó Bell Ville habiendo sido el rival del Xeneize en los partidos definitivos. Fueron el primero del interior en llegar a esa instancia en las ediciones modernas de la Liga Femenina, con ACLAV en la organización.
Tras esa temporada, el elenco aurinegro no volvió a jugar a ese nivel por decisiones extra deportivas. Sin embargo, el recuerdo sigue vivo en quienes formaron parte de ese grupo de trabajo. Enrique Méndez Paz, entrenador, le contó a Somos Voley el por qué de haber alcanzado el subcampeonato. “Se había optimizado aún más el plantel con respecto a las dos ligas anteriores de Bell, teníamos un recambio de alto nivel y la competencia interna ayudó a crecer a cada una de las jugadoras”,confesó. Kiko, con Bell sin participar en las ediciones siguientes, fue entrenador en Unión Eléctrica de Córdoba, donde la federalización de la competencia empezó a sentirse. Al respecto, agregó: “A partir de la liga de cuatro equipos, pusimos mucho esfuerzo en ampliar la base, aumentar el número de equipos. Enfocarse al interior del país era vital para su sustento. Me gusta el formato de ahora y en las provincias, de a poco, veo que se consolidan proyectos importantes”.
Carolina Hartmann fue una de las piezas clave en el plantel de Méndez Paz, líbero indiscutida. Jugó las tres ligas que Bell participó, en las que declara haber vivido muchas cosas, entre alegrías y tristezas. “Cada año que pasaba nos reforzábamos mejor y se veía más experiencia en las jugadoras, hasta poder llegar a esa final con una buena base”, apuntó sobre lo deportivo. Y además, destacó la labor del entrenador, resaltando que “estuvo siempre al pie del cañón”. Para cerrar, explicó el por qué cree que Bell Voley debe volver a jugar una Liga alguna vez: “Tiene los recursos de infraestructura, en materia entrenadores y también en lo económico”. Hoy, Hartmann vestirá en la Liga la camiseta azul y oro que en su momento le robó la ilusión de festejar el título, pero la misma con la que lo consiguió ya dos veces.
El otro caso que le brindó su palabra a Somos Voley es el de Romina Galliano, armadora suplente del Bell subcampeón, pero capitana del mismo plantel. En el 2014 jugó el torneo metropolitano en Boca, pero ahora lo hará con la del Pincha, como en ediciones anteriores. Pensar en sus años con la camiseta aurinegra, dice, la hacen sonreír de solo nombrar a Bell o pensar las cosas que allí vivió. “El proyecto estaba sostenido por la voluntad de todos y cada uno de los que lo formábamos. Había un objetivo en común, compartido. Aquel que se sumaba, se ponía la camiseta y lo hacía propio”, comenzó Galliano. “La final fue algo histórico para el club”, señaló, y apuntó algunas cosas que sirvieron para ir consolidando el juego en pos del objetivo final: “Permanentemente hablábamos de la cohesión deportiva, de armar un equipo con individualidades y que juegue buen voley en su conjunto. Cada día todos queríamos ser un poco mejor: titulares y suplentes, entrenadores, estadistas y dirigentes”.
La meta de Bell Voley en la etapa de pretemporada fue estar a la altura de aquellos equipos que entrenaban todo el año con el mismo plantel que luego afrontarían la Liga, refiriéndose a la mayoría de rivales metropolitanos. “Se afianzó un proyecto con dedicación, afecto, compañerismo, compromiso y sobre todo, pasión. Todos juntos dejamos una huella imborrable”, cerró.
Por último, hubo otra pieza clave que a ese Bell le sirvió de apoyo moral y psicológico para ir paso a paso, superando obstáculos. Y los tres personajes lo mencionaron: la gente, la hinchada que los acompañó. La masividad en las tribunas, algo que por esos años, era difícil de encontrar en el voley femenino y en el presente comienza a volverse más común. Kiko Méndez Paz lo explicó con sobriedad: “Desde un principio, hubo un fuerte lazo entre el grupo y el público. El apoyo era un combustible incomparable para trabajar día a día con más intensidad. Se generó un fenómeno social que nos desbordó”. Hartmann mimó a la hinchada, la cual se autodenominaba “la siete” y la que viajó desde Bell Ville a Sarandí para vivir la última final, con el equipo ya 0-2 en la serie ante Boca. “Siempre nos brindaron lo mejor de su parte y tratábamos de devolverles ese cariño dentro de la cancha”. Por último, la voz de Galliano. “La siete hizo que Bell fuera más especial aún”, dijo de movida. “Nos adoptaron a todas como sus hijas, nos daban un plus a nosotros y hasta contagiaron al resto de la gente del pueblo para que vayan a vernos”, finalizó. 


Ahora bien, todo este combo deportivo y extra deportivo fue el que llevó a Bell Voley a una final de Liga Femenina. El título, muy cerca, pero el mérito y el recuerdo no pasa desapercibido. Desde este viernes, 11 equipos del interior comenzarán a andar el camino para repetir semejante historia. Claro, también habrá otros cinco que darán pelea en busca del mismo fin. Lo importante es que el carácter federal que la ACLAV y la FeVA le imprimieron a la Liga Argentina Femenina, hacen posible que el día de mañana haya un nuevo caso similar para contar. ¡Chapeau!
Especial para Somos Vóley, 
Gonzalo Busquets

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