Un informe publicado por el diario El Liberal alerta sobre la grave situación de la industria nacional. Desde Bell Ville, hablan de un momento preocupante por la importación desde Asia.
"El deporte más nacional y popular de la
Argentina, que acapara la atención de millones de personas y que incluso
recibe millonarios subsidios del Estado nacional para su televisación,
el fútbol, se juega en la mayoría de las canchas del país tanto
profesionales, amateurs, y, de barrio, con pelotas que no se producen en
la Argentina. Se juega con pelotas importadas".
Así lo afirma un informe publicado por el diario El Liberal, de Santiago del Estero, y que firma el periodista José Aranda."El torneo de primera división de AFA que acaba de comenzar estrenó una pelota de una firma alemana -el balón fue bautizado como Tafugo en honor a las dos primeras letras de 3 palabras caras a los sentimientos argentinos como Tango Futbol y Gol- pero se fabrica en China", explica la nota.
"Mientras el Gobierno nacional impulsa en materia económica el desarrollo de la industria nacional, la fabricación de pelotas de fútbol en el país no está en su mejor momento. Además, en las últimas semanas, el Gobierno emitió una resolución por la cual se dejó de lado el sistema de licencias no automáticas para importar balones...", agrega.
Según un testimonio del diaro, entre el 80 y 90 por ciento de las pelotas que se venden en Argentina no son de industria nacional, la mayoría son chinas o brasileñas. Aun las firmas de primera línea (como Nike, Adidas o Puma), producen pelotas que llegan desde otros confines del mundo.
"Los lugares de producción más frecuentes de los balones que llegan a la provincia son Pakistán, China, Tailandia o Brasil. Este último, es el único que tiene tradición futbolera", afirma.
Bell Ville, en crisis
Jesús Cairo es el propietario de una fábrica de pelotas de fútbol con sede en Bell Ville, Córdoba. Además, es presidente de la Asociación de Fabricantes Argentinos de Pelotas.
En diálogo con El Liberal, comentó la situación del mercado y de los fabricantes nacionales. “Las pelotas de fútbol que se producen en el país tienen un 70 por ciento de artesanal y un 30 por ciento de industrial. Son pelotas con costura artesanal. Aquí cada ítem como el de costura, el corte o el pegado, se paga a cada operario entre 15 a 20 pesos con lo cual el costo de una pelota reglamentaria termina siendo de 80 a 90. Pero desde los países asiáticos te traen una pelota terminada en 40 pesos”, se quejó el fabricante.
Según Cairo, "en Pakistán los costureros están hacinados y por eso es más barata la mano de obra artesanal. En China la pelota es pegada y termosellada y con costura de máquina. Cuando aquí un costurero te hace 4 ó 5 pelotas por día, en China un operario con una sola máquina te produce 100 pelotas por día, esas son las que entran y se venden en todos lados, en casas de deporte, en shoppings, en bazares, por 50 ó 60 pesos y te duran quizá un partido de fútbol o menos".
"En el Consejo Federal se juega con Penalty (brasileña), pero están las otras categorías que bien podrían jugar con pelotas nacionales. Pero hoy en día está establecido que la liga tenía que jugar con Penalty sí ó sí, pero bueno hasta ahora estamos trabajando para que algunos dirigentes aprecien la fabricación argentina, nosotros somos pelota oficial de la Liga Cordobesa de futbol”, indicó el fabricante.En un país futbolero como el nuestro, dice Cairo, se consumen unos 4 millones de pelotas de fútbol, pero las que más se venden son las importadas. "La fabricación de pelotas de fútbol había logrado la licencia no automática en el anterior gobierno de Kirchner con la resolución 217/07 que establecía el procedimiento para que los importadores hicieran el certificado de importación de pelota, pero esto fue derogado el 24 de enero de este año. Salió en el Boletín Oficial, no solo para pelotas de futbol sino para juguetería y otros artículos de deporte y en lo concerniente a zapatos. Esto nos desfavorece completamente como industria, porque estuvimos 5 años para salir de un letargo muy grande en el que habíamos caído en la década del 90 cuando se produjo un tsunami de importaciones de pelotas de fútbol”, indicó Cairo.
Cairo destacó que en los años de 1990 se importaron tantas pelotas de fútbol que toda una generación de costureros se perdió. "Porque no se le enseñó ese oficio a la siguiente. Ahora, cuando queremos asomar cabeza, nos vuelven a hundir con esta resolución. Nosotros somos un pequeño emprendimiento, tenemos una producción de baja cantidad, de 1.000 a 1.900 pelotas mensuales, pero le vendemos a las ligas y a los clubes, es nuestro nicho de ventas. Somos siete en la familia y todos trabajamos en esto”, cerró.
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